HORIZONTES PLURALES

Mis artículos sobre temas Antropológicos, Educativo-Culturales y de Realidad Nacional, Latinoamericana y Mundial

Nombre: Ranulfo Cavero
Ubicación: Ayacucho, Peru

Profesor Principal de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga - Ayacucho

lunes, enero 26, 2009

¿CRÍTICA A LAS IZQUIERDAS DESDE LA DERECHA?



RANULFO CAVERO


El artículo de Mirco Lauer “¿Hay más izquierda que izquierdistas? ¿O más izquierdistas que izquierda?”, publicado en el Diario La República el 12/12/08, parte de la preocupación de por qué en el Perú, un país con abundancia de pobres, protesta y tradición de radicalismo, no hay una izquierda fuerte en este decenio, a diferencia de otros países de América Latina donde los movimientos de izquierda sí son pujantes. Lo que esta vez nos interesa es advertir varias inexactitudes y sesgos del artículo.

1. Pareciera que para Lauer “izquierda” es sólo la “izquierda partidaria” y no también la “izquierda social” y los electores reales y potenciales. En este último caso, no considera los efectos del fraccionamiento en que está la izquierda partidaria, las volatilidades del electorado en función de la gran inversión de capitales que hace la derecha en los procesos electorales, la escasa politización del electorado en ciertos sectores, y a pesar de todo el importante porcentaje de votos logrado por Ollanta Humala en las pasadas elecciones. ¿Las últimas y actuales protestas sociales lo están haciendo acaso la derecha?. El concepto de “izquierda”, entonces, es amplio: desde la militancia partidaria hasta los integrantes de movimientos sociales y ciudadanos no militantes que no están de acuerdo con este sistema social impuesto en el mundo y buscan otras alternativas de cambio.

2. Mirco Lauer minimiza el efecto traumático que la pasada guerra interna tuvo y tiene en la conciencia popular y por tanto en el desarrollo de la izquierda. La verdad es que el impacto de la guerra no ha “retrocedido en el tiempo, ni ha perdido poder explicativo” de las debilidades de la izquierda en el Perú. Por ejemplo hasta ahora la derecha no deja de satanizar toda protesta social como “terrorista”. Las leyes promulgadas por el actual gobierno criminalizando la protesta social tienen este fundamento. Y esta es una tendencia mundial ya que en nombre de la lucha contra el “terrorismo” se invaden países, se apresan opositores, se bloquean y asfixian países, y con este san benito se busca perpetuar el actual sistema injusto y con grandes brechas sociales. “Sendero Luminoso”, con su forma de actuar, dio argumentos para esta satanización a toda la izquierda y a toda protesta social.

3. Lauer dice: “el humalismo ha demostrado desinterés por volverse una organización defensora de los intereses populares sobre el terreno. Viene siendo un partido ausente más en ese escenario”. Esta afirmación es negada por la realidad. La derecha, incluido el actual gobierno acusa al Partido Nacionalista Peruano (PNP) estar “detrás” o “delante” de toda protesta social. En el Congreso la bancada del PNP ha demostrado ser la única organización de oposición consecuente a las medidas antipopulares del gobierno como el TLC, y sale en defensa de las comunidades campesinas contra el abuso de las grandes empresas mineras, contra la venta o arrendamiento de las tierras comunales y la privatización del agua, entre otros. Los parlamentarios nacionalistas se encuentran entre los doce mejores según la encuesta última. Claro que también los movimientos sociales y partidos nacionales y regionales como el Movimiento Nueva Izquierda (MNI), el Partido Socialista (PS) y el Frente Regional Ayacucho (FRA), y Frentes de Defensa del Pueblo de Ayacucho están en este camino. Otro detalle: Lauer habla de “humalismo” y no de PNP, lo que es una concesión a favor de sus detractores.

4. Mirco Lauer dice que la izquierda electoral, por el solo hecho de participar en procesos electorales forma parte del sistema, siendo contraproducente declararse “antisistema”. La izquierda al participar en procesos electorales se ubica en un camino democrático donde la población decide quienes son sus representantes, diferente a la opción violentista que asumieron otros partidos. Esto no significa que la izquierda electoral comulgue con el sistema capitalista neoliberal que agrava cada vez más la situación de las grandes mayorías sociales. En este sentido, la izquierda electoral sería democrática y a la vez antisistema; buscaría hacer una gran transformación estableciendo un nuevo orden social por la vía que permite la Constitución.

5. Para Lauer, el PNP para acceder al poder estaría sólo esperanzado en su pasado electoral triunfante, en el liderazgo de Ollanta y en la “conciencia antisistema de las masas”, dejando de hacer un trabajo organizativo serio, distinto a la actitud del “nuevo Partido Nacional Descentralista” que “apunta a las buenas prácticas partidarias y administrativas”. De lo que conocemos, el PNP, así como otros partidos de izquierda, está en proceso de construcción y reconstrucción organizativa, seguramente superando errores y limitaciones que todo partido nuevo tiene. Por eso y otros motivos es un importante referente político, electoral y de gobierno. Por eso la preocupación permanente por bajarle la llanta.

6. Lauer dice que la Confederación General de los Trabajadores del Perú (CGTP) y “Patria Roja” se encuentran en el “hueco negro político”. Si fuese cierta esta afirmación, entonces ¿por qué se persigue a sus líderes, junto a los de otros partidos, acusándolos fácilmente de ser parte del “terrorismo internacional”?. La Central Obrera fundada por Mariátegui tiene sus limitaciones y debilidades, pero no deja de ser un referente importante del movimiento obrero y social en el Perú y soporte del frente social amplio, al lado de otros frentes regionales andino-amazónicos, a eso se debe el gran temor del gobierno.

Es necesario en otro artículo hacer una seria crítica a la izquierda desde opciones democráticas. Las críticas desde la derecha ya sabemos qué intenciones tiene. Miro Lauer critica a la izquierda peruana por ser débil, igual lo hace cuando las izquierdas son fuertes como en Bolivia, Brasil y Venezuela: ¿total, en qué quedamos?.

lunes, enero 12, 2009

LAS DANZAS CONTESTATARIAS, UNA MANIFESTACIÓN DE CULTURA POPULAR TRADICIONAL ANDINA



Dr. Ranulfo Cavero Carrasco*

RESUMEN


El presente artículo se ubica, a diferencia de los que se ocupan de la modernización del desarrollo cultural, dentro del tipo de investigación de quienes se dedican a modalidades tradicionales del desarrollo cultural (García Canclini, 1994), y dentro del tema de la religiosidad popular.

Hace más de 500 años y a pesar de la conquista española y la globalización, la Danza de las Tijeras en los andes peruanos, forma parte importante de la cultura popular tradicional. Siguiendo a García Canclini (1994) sobre el modelo de la “heterogeneidad multitemporal”, señalamos que la lógica de modernización, en los últimos decenios, ha dislocado las culturas populares sin acabar, del todo, con ellas. Con el modelo de “hibridación cultural” se “tiende a describir el funcionamiento paradójico de lo culturalmente heterogéneo con respecto a experiencias de alteridad en medio de un mundo específicamente moderno” (1994:32).

En el estudio de la Danza de las Tijeras buscamos relacionar cuatro aspectos importantes: religiosidad, identidad cultural, resistencia cultural y la relación entre cultura y desarrollo, a partir del trabajo etnográfico que hicimos en los andes de Soras y Puquio, en el sur del departamento de Ayacucho-Perú.

1. - LA DANZA DE LAS TIJERAS

En los pueblos que conforman la cuenca del río Chicha o Soras, la Danza de las Tijeras constituye parte importante de los rituales de la Navidad, Bajada de Reyes, Semana Santa, el Corpus Cristi, San Juan, las Fiestas Patronales y la Fiesta del Agua o yarqa aspiy. Cada pueblo cuenta con sus grupos de danzantes, pero algunas comunidades destacan más que otras.

Estos pueblos del sur de Ayacucho en sus diversas festividades o rituales religiosos, intercambian Danzantes de Tijeras, “enviando” a sus danzantes a otras comunidades y recibiendo danzantes de otros pueblos, inclusive de fuera de la cuenca como Cabana, Andamarca, Huaycahuacho y Puquio; generándose así no solamente relaciones y vínculos intercomunales al interior de la región, sino fuera de ella, extra regionales. Al parecer, este intercambio es prescriptivo si consideramos que esta danza ritual por naturaleza es competitiva.

Esta contienda adquiere tres modalidades o características: a) competencia entre pueblos o comunidades con fuertes animadversiones en donde la disputa o Atipanakuy adquiere contornos dramáticos, b) disputa entre pueblos donde no hay ninguna enemistad como la que se lleva acabo entre Soras y Pomacocha, y c) competencia entre pueblos que mantienen una rivalidad de “baja intensidad”, la misma que adquiere contornos de amistad y reciprocidad como la que se realiza entre Matara y Paico.

Nos atrevemos a pensar que estos danzantes se originaron en la época pre-inca, entre las etnias de los Hatun Soras, los Rucanas y los Angaras, cumpliendo, además, el papel de sacerdotes o chamanes. En la época colonial, y en la misma República, sufrieron transformaciones –presionados por la persecución del que fueron objeto y las prohibiciones para que actúen- tanto en el nombre, como en la vestimenta, el uso de las tijeras y la coreografía, pese a ello mantienen hasta la actualidad su esencia andina vinculada a la cosmovisión y la religiosidad tradicionales, y constituyen un fuerte componente de la identidad cultural andina.

Una cuadrilla de Danzantes de Tijeras está compuesta por un danzante, un violinista, un arpista y un caporal elegido por la comunidad. En algunos casos acompañan, además, otros personajes. Los danzantes son generalmente varones, encontrándose casos aislados de danzantes mujeres. Danzan en las fiestas religiosas cristianas, que a la vez están vinculadas o tienen relación con el calendario agrícola andino. Se baila en los departamentos del centro sur del Perú: Ayacucho (especialmente en la cuenca del río Soras y Lucanas), Apurímac (particularmente en Aymaraes y Andahuaylas), Huancavelica (en especial Tayacaja, donde se llaman Galas) y en el extremo norte del departamento Arequipa, colindante con Ayacucho donde se les llama Villanos; coincidiendo de esta forma el mapa de la Danza de las Tijeras con un área relativamente homogénea en términos culturales y con el mapa del Taqui Onqoy, el primer movimiento socio-religioso de la colonia temprana (1560 – 1572).

Es de particular interés profundizar el estudio de la espiritualidad y religiosidad de la Danza de las Tijeras, ya que es interesante ver por ejemplo, cómo sus intérpretes se preparan desde niños dentro de círculos familiares donde el “arte” se transmite de generación en generación, pasando por interesantes ritos de iniciación y optando nombres tan sugestivos como “Lucifer”, “Qarqaria”, “Satanás”, etc., en claro desafío a la religiosidad católica.

Las mismas tijeras tienen que pasar por complejos procesos de “templadura”, a media noche en las lagunas o paqchas (cataratas) que tienen especialísimos poderes, las que son consideradas por los hombres andinos como importantes divinidades.

Antes de danzar, realizan destacados rituales: tinkas, pagapos a las divinidades y a la plazoleta del pueblo, y también al finalizar la fiesta religiosa “limpian” la casa donde estuvieron, recordándonos este hecho –salvando distancias- a la gran Fiesta de la Citua que se efectuaba en la época incaica tanto en el Cuzco como en las diversas comunidades del Tahuantinsuyo. Es sugerente el hecho que los danzantes pidan “permiso” a la iglesia y a las autoridades para danzar y participen en las fiestas religiosas cristianas, pero contradictoriamente no pueden ingresar al templo católico porque no se les permite, seguramente tampoco ellos lo quisieran hacer.

En la competencia o atipanakuy entre ayllus, parcialidades o mitades, o entre comunidades, se usa la “pasta” (actos mágicos) y se acude a la brujería para derrotar a los contendores. Este hecho, igualmente, nos recuerda a las “hechicerías” que existían en Lucanas y Parinacochas en el S. XVI y de las que da cuenta el cronista indígena Guaman Poma de Ayala. Otro hecho espectacular y de fuerte connotación sobrenatural es que, en determinado momento de la danza ritual, estos personajes carismáticos se lanzan al espacio, dando la impresión de estar volando.

Uno de los primero que sugirió la relación de los Danzantes de Tijeras con el Taqui Onqoy fue Josafat Roel Pineda, luego lo hicieron Sara Castro Klaren (1990) y Lucy Núñez (1992).

Nuestra hipótesis es que en el ritual de la Danza de las Tijeras se trasunta la “conciencia milenaria” y se simboliza parte de la escatología andina a nivel de tres importantes ciclos temporales menores e intermedios: La agonía y la muerte del día y el nacimiento de otro día; el fin del ciclo anual y el advenimiento del nuevo año, y con él del nuevo ciclo agrícola y ganadero; y, el fin de la vida y el advenimiento de la muerte.

Asimismo, es importantísimo el ritual del Pacha Mastay observado por Héctor Espinoza en Matara durante la Fiesta del Agua. Antes que el danzante de tijeras se ponga su disfraz, dentro de la casa del cargonte o maysos, extienden en el suelo un poncho y van colocando pieza por pieza el disfraz del danzante, empezando por los calcetines para terminar colocando el sombrero. En ese momento, el “danzante” yace viejo/muerto sobre la Pachamama, inmóvil, sin vida. El verdadero danzante luego hace la tinka e invocaciones en las cuatro esquinas, lo mismo realiza el arpista, el violinista, otros ex danzantes, los cargontes y el resto de las personas que los acompañan. En este proceso del ritual, el “danzante” toma fuerza, lo hacen revivir interpretando una música especial y apropiada al compás del tañido de las tijeras. Acto seguido, el “danzante” que yace sobre el poncho es llevado por cuatro hombres a un cuanto y ahí se viste el verdadero danzante para después salir con mucha agilidad y agresividad: ha revivido, ahora tiene más energía para hacer frente a sus contendores; ahora el danzante se ha revitalizado y aparece en el escenario como la reencarnación del danzante viejo (H. Espinoza, 1995b, y entrevista personal en noviembre de 1997).

El cambio de los Ciclos Temporales, Vida y Muerte, Muerte y Reencarnación, Muerte y Regeneración, Debilidad y Fortaleza son constantes en la espiritualidad de los danzantes. Dentro de esta cosmovisión, es explicable el poder curativo que tenían y tienen, así como su vinculación con el sacerdocio o al chamanismo y su peregrinación de pueblo en pueblo, realizando competencias rituales, cual mensajeros de la religiosidad andina, siempre vigente.

Planteamos como hipótesis que entre los Soras, en el ciclo temporal intermedio (anual) hay dos momentos de suma trascendencia: el fin del ciclo agrícola (junio, solisticio de invierno) que hora coincide con la fiesta “cristiana” del Corpus Cristi celebradas especialmente en Matara y Paico con una decidida y activa participación de los Danzantes de Tijeras; y los preparativos y el anuncio del nuevo ciclo agrícola esperanzador (agosto –mes difícil y peligroso para el hombre andino en que se suceden catástrofes naturales, epidemias, se dice que la tierra se abre- y setiembre) que hoy coincide con el ritual del Yarqa Aspiy y la celebración de la Virgen de la Asunción, pero sobre todo en Soras con las Fiesta cristiana de San Bartolomé, Patrón del pueblo.

Ambos ciclos temporales son concomitantes cronológicamente con los grandes rituales prehispánicos, en sus versiones populares, el Onqoymita y la Citua. Con el correr de los años, estos rituales se han recreado, se han “refugiado” (no sintetizado) en las Fiestas “católicas” indicadas. Ahora, en estas fiestas, encontramos rasgos –transformados- de aquellas ceremonias prehispánicas.

2. - LOS DANZANTES DE TIJERAS.

Aquí queremos destacar el papel que cumplen estos danzantes como especialistas religiosos itinerantes. Curiosa y extraordinariamente en ellos parece sintetizarse los poderes de los diversos especialistas religiosos andinos.

Además de guardar la memoria de los diversos mitos cosmogónicos y cosmológicos y ser uno de los intérpretes de la “conciencia milenaria” indígena, saben realizar determinadas ofrendas a los Apus, montañas y cataratas y tienen el poder de comunicarse con aquellos en ciertas ocasiones; sin ser propiamente curanderos, conocen el arte de curar y sanan las diversas enfermedades causadas sobre todo por la tierra y los cerros; finalmente, saben realizar determinados actos de brujería y actos mágicos.

Los consideramos especialistas religiosos itinerantes porque llevan el arte de la Danza de las Tijeras, y con éste el ritual del mismo nombre, de pueblo en pueblo siguiendo el calendario religioso católico y andino. De esta forma, su prestigio es extracomunal y a veces va más allá de una región entera.

La danza y sus protagonistas, además constituyen un importante factor de identidad cultural y de resistencia cultural.

PALABRAS FINALES

Con particular énfasis, luego de la derrota militar de “Sendero Luminoso”, en la región de Ayacucho (lugar, que dicho sea de paso, inició su accionar este sector político alzado en armas) se habla de “desarrollo” cual si fuese una especie de nueva “religión secular” en especial desde los organismos del Estado, siempre bajo un enfoque “economicista” y sin precisar que se trata del “desarrollo humano” (término que lo tomamos prestado de Fernando Eguren, 1999). En la discusión sobre el desarrollo del Perú y en particular de la región de Ayacucho, el tema de la cultura siempre estuvo ausente o minimizado al extremo.

El desarrollo de Ayacucho, lejos del enfoque “economicista”, debe considerar la tradición cultural de la región, su patrimonio cultural, debe recoger su potencialidad ancestral y respetar los derechos humanos de los excluidos (ver David Maybury-Lewis, 1992), de la población principalmente campesina, quienes no deben sentir el desarrollo como una agresión y un trastocamiento de su cultura como se ha hecho con la mayoría de los grupos indígenas de América Latina, sino como un medio para lograr la justicia, la equidad, la libertad.

Bajo esta consideración, la Danza de las Tijeras y otras danzas y cantos como manifestaciones importantes de la cultura popular tradicional, deben ser recuperadas, preservadas, repotenciadas como símbolos valiosos de identidad cultural, de elementos que forman parte de proyectos de resistencia cultural y como soporte cultural de un proyecto de desarrollo humano integral.



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

CAVERO, Ranulfo
1999. Autoritarismo, Democracia e Identidad Cultural en Ayacucho. Ponencia sustentada en “Jornadas Ayacuchanas”, Lima.
_____2001. Los Dioses Vencidos (Una lectura Antropológica del Taki
Onqoy), UNSCH-UNICAMP, Ayacucho.

GARCIA CANCLINI, Néstor
1994. Los estudios culturales de los 80 a los 90: Perspectivas antropológicas y sociológicas en América Latina. En Hermann Herlinghaus y Mónica Walter (editores): Posmodernidad en la Periferia, enfoques latinoamericanos de la nueva teoría cultural, Santiago de Chile.

MAYBURY-LEWIS, David
1992. Desenvolvimento e direitos humanos: a responsabilidade do antropólogo. En Antonio Arantes y otros: Desenvolvimento e Direitos Humanos a responsabilidade do antropólogo, Editora da Unicamp, Campinas.








* Profesor Principal de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho, Perú). E-mail: rcavero28@gmail.com

LA CULTURA/ANTICULTURA DE LA PENDEJADA

LA CULTURA/ANTICULTURA DE LA PENDEJADA*

RANULFO CAVERO CARRASCO

Si fuese real la “gestión” de Presidentes, funcionarios, y algunos representantes de organizaciones civiles, Ayacucho estaría saturado/invadido de millones de dólares del Banco Mundial, del BID y en general de la Cooperación Internacional. Esta es la afirmación que continuamente escuchamos en entrevistas radiales, televisivas, pero que lamentablemente pareciera que sólo existe en la cabeza de quienes lo dicen demagógicamente y como una salida criolla y pendeja a su inoperancia, a su inacción y a la falta de trabajo a favor de su pueblo. ¿Qué gestiones se han hecho para traer estos dólares?, ¿dónde se encuentran?, ¿en qué se están invirtiendo o se invertirán? Nadie lo sabe, creo que ni ellos mismos. Igualmente, sobre las inversiones y compras que se hacen: ¿en qué página Web se pueden encontrar los informes pormenorizados?, ¿dónde la ciudadanía puede averiguar estos gastos y calcular las “comisiones”? En Ayacucho estamos, en transparencia, peor que antes.

Lo señalado, así como otras formas de actuación “en la vida cotidiana” de muchos políticos y personajes, es parte de la cultura/anticultura de la pendejada que desdice los niveles éticos que debe tener la acción política y social (en los términos de Imanuel Kant) que debe ser franca, sincera, respetuosa, humana. Esta cultura/anticultura es el “arte” de poner la “cara dura”, de evadir, mentir, engañar, de “muñequear” deliberadamente para tapar errores o inoperancias propias y ajenas, y engatusar a los ciudadanos creyéndolos subnormales y “cojudos” (y esto último a propósito del título del libro de Sofocleto). Esta cultura/anticultura malsana ha prostituido la política, convirtiéndola en sinónimo de negociado, de prebenda, de mentira, de viveza criolla. Los pendejos trascienden espacios, tiempos, ocupaciones, géneros, edades, clases, etc.: los hay Presidentes, Congresistas, policías, curas, profesores, abogados, etc.

Esta “cultura” desprecia a la población, cree que los ciudadanos de a pie son unos imbéciles, subdesarrollados mentales, que no se dan cuenta de lo que hacen y dicen, que hay que engañarlos y sacar ventajas subalternas y mezquinas. Piensan que los ciudadanos no tienen capacidad de manejar ninguna lógica, ni un ápice de racionalidad. Hace poco escuchamos una entrevista radial a un funcionario, quien ante la pregunta que en cierto lugar se estaría cobrando ilegalmente por aprobar/ejecutar un proyecto, la respuesta tuvo dos partes totalmente contradictorias y pendejas, dijo: a) “ojalá que no sea cierto”, en un tono y actitud de desconocimiento del asunto. Inmediatamente, ante la evidencia y documentación que la periodista dijo tener, y que el pretendido cobro sería de 1,500 nuevos soles, se da otra respuesta pendeja, b) “se está investigando” (con toda conchudez, desfachatez y suelto de huesos). ¿Cómo se está investigando si se desconocía del asunto? Incongruencia, falsedad, es decir, PENDEJADA. Y los periodistas y entrevistadores ¿se dieron cuenta de la pendejada o no? Sugerimos a los periodistas, sobre todo en esos casos, que sean más acuciosos, más sabidos para preguntar/repreguntar a todos sus entrevistados (aquí sí, una “pendejada contra otra pendejada para que no pase la viveza y así impedir que se pendejee a la población” –si me permiten la conjugación-).

Mas, en los últimos años, y como parte de la competencia desleal del neoliberalismo, el surgimiento y progreso (“el tener éxito”) de una persona es atropellando y “matando” al otro. Tendiéndole una trampa, una celada, haciéndolo caer, “serruchándole el piso” (otras veces sobándolo como Felpudini), atacándole. No es por esfuerzo ni mérito propio. El antropólogo George M. Foster adelantó una teoría de la “Imagen del Bien Limitado” que en parte explicaría la conducta “arribista” y del pendejo. Estas culturas están fuertemente arraigadas en la conciencia colectiva peruana y ayacuchana, que si seguimos así terminaremos como caníbales devorándonos entre nosotros, olvidándonos del “Estado de bienestar” aludido por Hobbes.

Hay pues la necesidad de recuperar la convivencia democrática, la “decencia” en el actuar público, discrepar con respeto por el contrincante e incluso con el amigo, siempre pensando en construir antes que en destruir. La cultura de la pendejada debe ser proscrita, más aún de la agenda de los políticos, de los funcionarios y de quienes dirigen las organizaciones de la sociedad civil. La población merece ser respetada.

QUKMAN NARAKUCHKASUNCHIQ. EL "VIDA MICHIY"



Ranulfo Cavero Carrasco

En las comunidades campesinas de Víctor Fajardo (Ayacucho, Perú): Sarhua, Auquilla y Chuquihuarcaya, se pueden encontrar hasta cuatro formas o modalidades de hacer el amor entre jóvenes (tres de ellas se dan en las punas o partes altas y una en el centro poblado): encuentros sexuales voluntarios o de común acuerdo en las punas; relaciones amorosas forzadas en las punas; el Vida Michiy en las partes altas; y los encuentros sexuales voluntarios y concertados en los centros poblados.

Qukman narakuchkasunchiq en Sarhua es una invitación a hacer el amor. Es sinónimo de qapinakurusunchik o kipunakurusunchik. Esta última acepción es más explícita y también se usa para referirse al apareamiento de los perros en época de celo. En las comunidades que poseen tierras comunales de puna y colindan entre sí, existen muchas estancias para el pastoreo; allí es donde tiene lugar el Vida Michiy que traducido al castellano sería “gozar de la vida” o “disfrutar de la vida”.

Según nos informan en el trabajo de campo que hicimos conjuntamente con el antropólogo Walter Pariona (para el “Proyecto Modelo de Atención de Salud a Poblaciones Dispersas en el Ámbito de la Micro Red de Salud, Pomabamba”, 1999), el Vida Michiy es una costumbre que data de tiempos remotos; en términos culturales es un ritual de iniciación sexual de los jóvenes, que se da principalmente en las épocas de cosecha y es permitido por los mayores. Una profesora de la escuela de Sarhua nos dijo: “los jóvenes en grupo (…) van al Vida Michiy con su chinlili (pequeña guitarra) y radio toca casset, hacia las estancias en busca de mujeres jóvenes”. Allí, en la gélida puna, luego de beber, cantar y reír se entregan al amor.

Sin embargo, esta costumbre en la actualidad en algunos casos reviste caracteres de abuso y viveza debido a la influencia negativa de los medios de comunicación como la TV, las revistas y diarios que presentan a la mujer como un simple objeto sexual. Pero también a la presencia de jóvenes varones del lugar con experiencia migratoria en Lima y otras ciudades costeñas. Esta afirmación fue corroborada por otra profesora de Sarhua: “Algunos alumnos se secundaria toman a una chica en el vatus (vivienda improvisada y temporal), se hacen de ella, pero después en complicidad con el amigo inventan una sacada de vuelta, luego la golpean y la dejan y la chica se queda con el amigo”.

Consideramos que no todos los aprendizajes culturales de carácter íntimo se pueden generalizar; sin embargo, en la actualidad este rito de iniciación habría devenido en forma de dominio y demostración de poder del varón para satisfacer sus deseos sexuales, no otra cosa significa también la presencia últimamente de varones casados en los Vida michiy.

Ahora esta costumbre, en algunos casos, tiene adicionalmente efectos negativos para la salud y la vida de las jóvenes, ya que muchas de ellas resultan embarazadas o con enfermedades de transmisión sexual y algunas terminan como madres solteras que luchan solas por la sobrevivencia de sus hijos luego de haber perdido oportunidades de formar su propio hogar. La desnutrición y la falta de afecto paterno de los niños (as) sin padres es otro factor de riesgo.