HORIZONTES PLURALES

Mis artículos sobre temas Antropológicos, Educativo-Culturales y de Realidad Nacional, Latinoamericana y Mundial

Nombre: Ranulfo Cavero
Ubicación: Ayacucho, Peru

Profesor Principal de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga - Ayacucho

sábado, junio 06, 2009

PINCELADAS SOBRE CIERTA CULTURA POLÍTICA



Ranulfo Cavero*

Buen número de candidatos a diputados y senadores hasta la década del 60 del Siglo pasado, particularmente en el interior del país, eran hacendados e hijos de hacendados que el día de las elecciones ordenaban colocar en las cuatro esquinas de la Plaza Mayor de Ayacucho cilindros con aguardiente para comprar votos. Más adelante, recordamos a candidatos a la Presidencia de la República o congresistas como Ciro Gálvez, el pastor Ataucusi (el del pescadito) o “Wallpa waqay”, utilizando la música vernacular y la religión para atraer votantes. O a Ricardo Letts, desde la izquierda, sacándose el calcetín en la puerta del Palacio de Justicia para protestar.

El 2006 ciertos candidatos ayacuchanos al Gobierno Regional compraron votos regalando cocinas, frazadas, gas y después incursionaron en el fútbol cobrando tarifas más altas que en el Estadio Nacional para ver a un equipo “ayacuchano” sin ningún jugador citadino (aún así, nos gustaría celebrar sus triunfos). O se disfrazan con sombreros al estilo Salas, el mismo que fue amigo de Montesinos, o al estilo de alguien cercano a nosotros, ambas posturas consideradas realmente como inauténticas. Está en nuestras memorias los congresistas que se atragantaban comiendo pollos a la braza para justificar sus gastos, o asesores (as) de congresistas cuidando a sus bebés u oficiando de amantes pagados con dineros de tesoro público. No faltan las Alcorta, las Cuculiza y las Hildebrant que de racistas y discriminadoras son las primeras.

Últimamente, aparecieron candidatos que han hecho del chiste (con tono machista) y el antichilenismo exacerbados sus únicos “méritos”. No tienen propuestas programáticas serias de gobierno, ni ideología definida, ni equipo de trabajo. Es decir, no representan ningún ideario, ningún programa (al que también habría que sumar a la hija de Fujimori que sólo busca indultar al padre, y tiene que explicar con qué dinero se educó en EE.UU. como ya denunció documentadamente el Diario La República). El “Wallpa Sua”, para aparentar su cercanía al pueblo, engaña al decir que caminaba qalachaki, cuando sabemos que es hijo de hacendados (lo cual no es ningún delito o limitación) y se desplazaba en mulas y con zapatos de charol. Utiliza al Señor de Nazareno, Patrono de Huamanga, para lanzar su candidatura en plena Semana Santa jactándose que tiene el privilegio de comunicarse con Dios. ¡Vaya!. Por esa cierta cultura política que criticamos, muchos ciudadanos poco avisados, ya lo ven como el mesías, como el gran salvador del sufrimiento humano y ayacuchano, como el único “bien peruano” como aparece en recientes pintas (?) (ya no es el “líder” del Frente Único de Trabajadores como al inicio se leía).

Quedó en el olvido –somos un país de amnésicos en política y sabe Dios en qué otras cosas más- los gastos del “Wallpa Sua” aún no esclarecidos de la gasolina que utilizó o distribuyó por el que tiene procesos judiciales pendientes, su manifiesta cercanía al APRA y al Fujimorismo, su actitud criticable de ocultar a los militares implicados en la matanza de Putis para no ser investigados. Quedó en el olvido que cuando fue Comandante General del Ejército impulsó el Plan “Excelencia” militarizando el VRAE y ahora critica que no hay una estrategia militar en el VRAE (pero confusamente se declara enemigo de su militarización). Últimamente, a raíz de la lamentable muerte de 13 militares en la selva ayacuchana, este “mesías” dijo: se requiere reestructurar la estrategia de la guerra antisubversiva; que un General no puede dirigir las operaciones desde Lima; y que se debe dar “empleo” a los mochileros para que dejen de ser tales. ¿Por qué él no reestructuró esa estrategia cuando pudo haberlo hecho?, ¿Cuántos Generales envió al VRAE?. Quedó en el olvido que durante su gestión ocurrió la detención de los inocentes campesinos de Chaca, en las alturas de Huanta, acusados falsamente de terroristas.

Esta cultura política en parte de la población y en parte de los candidatos, ha generado, entre otros efectos, procesos fraudulentos como en que se dio en el distrito de Chungui (La Mar) en 1985 al lograr el APRA el 100% de votos (¡Caramba!), la compra de votos, el éxito electoral de los menos indicados, o la profusión de candidatos, ¡todos quieren ser candidatos!. La aparición de muchos candidatos y la bajeza de cierta cultura política tienen por causa principal la destrucción del sistema de partidos ocurrido hace dos décadas en la que tiene gran responsabilidad el Fujimontesinismo. En nuestro país no existe un sistema de partidos; la política – como el trabajo abnegado y sacrificado por el bien público y no como el arte para el aprovechamiento personal o de grupo- no tiene una institucionalidad por eso “todos los militantes quieren ser candidatos” o cualquier caudillo surgido a última hora hasta puede ganar las elecciones.

Parte importante de nuestra cultura política sigue pues plagada, lamentablemente, de caudillismos, de engaños, de autoritarismos, de enjuagues a media noche, de negociados con olor a dólares, donde (como dijera Pepi Patrón), lo que cuentan son individuos, caras, y no partidos, no ideologías, no programas que confrontar. Aprovechamos esta columna para decir que aquello que “el pueblo es sabio y nunca se equivoca”, o “la voz del pueblo es la voz de Dios”, no es tan cierto. Sino, ¿cómo quedaría esta cierta cultura política que existe en la memoria colectiva y la criticamos?. El pueblo requiere ser educado y sensibilizado desde la escuela para desarrollar sus capacidades para la democracia y así desechar la cultura autoritaria y engañosa. La ciudadanía en democracia se tiene que edificar y aquí tienen que jugar un papel importante los partidos políticos, que requieren ser construidos y fortalecidos ya que constituyen el soporte de la democracia.

* Antropólogo, Docente Principal de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNSCH.

PINCELADAS SOBRE CIERTA CULTURA POLÍTICA

Ranulfo Cavero*

Buen número de candidatos a diputados y senadores hasta la década del 60 del Siglo pasado, particularmente en el interior del país, eran hacendados e hijos de hacendados que el día de las elecciones ordenaban colocar en las cuatro esquinas de la Plaza Mayor de Ayacucho cilindros con aguardiente para comprar votos. Más adelante, recordamos a candidatos a la Presidencia de la República o congresistas como Ciro Gálvez, el pastor Ataucusi (el del pescadito) o “Wallpa waqay”, utilizando la música vernacular y la religión para atraer votantes. O a Ricardo Letts, desde la izquierda, sacándose el calcetín en la puerta del Palacio de Justicia para protestar.

El 2006 ciertos candidatos ayacuchanos al Gobierno Regional compraron votos regalando cocinas, frazadas, gas y después incursionaron en el fútbol cobrando tarifas más altas que en el Estadio Nacional para ver a un equipo “ayacuchano” sin ningún jugador citadino (aún así, nos gustaría celebrar sus triunfos). O se disfrazan con sombreros al estilo Salas, el mismo que fue amigo de Montesinos, o al estilo de alguien cercano a nosotros, ambas posturas consideradas realmente como inauténticas. Está en nuestras memorias los congresistas que se atragantaban comiendo pollos a la braza para justificar sus gastos, o asesores (as) de congresistas cuidando a sus bebés u oficiando de amantes pagados con dineros de tesoro público. No faltan las Alcorta, las Cuculiza y las Hildebrant que de racistas y discriminadoras son las primeras.

Últimamente, aparecieron candidatos que han hecho del chiste (con tono machista) y el antichilenismo exacerbados sus únicos “méritos”. No tienen propuestas programáticas serias de gobierno, ni ideología definida, ni equipo de trabajo. Es decir, no representan ningún ideario, ningún programa (al que también habría que sumar a la hija de Fujimori que sólo busca indultar al padre, y tiene que explicar con qué dinero se educó en EE.UU. como ya denunció documentadamente el Diario La República). El “Wallpa Sua”, para aparentar su cercanía al pueblo, engaña al decir que caminaba qalachaki, cuando sabemos que es hijo de hacendados (lo cual no es ningún delito o limitación) y se desplazaba en mulas y con zapatos de charol. Utiliza al Señor de Nazareno, Patrono de Huamanga, para lanzar su candidatura en plena Semana Santa jactándose que tiene el privilegio de comunicarse con Dios. ¡Vaya!. Por esa cierta cultura política que criticamos, muchos ciudadanos poco avisados, ya lo ven como el mesías, como el gran salvador del sufrimiento humano y ayacuchano, como el único “bien peruano” como aparece en recientes pintas (?) (ya no es el “líder” del Frente Único de Trabajadores como al inicio se leía).

Quedó en el olvido –somos un país de amnésicos en política y sabe Dios en qué otras cosas más- los gastos del “Wallpa Sua” aún no esclarecidos de la gasolina que utilizó o distribuyó por el que tiene procesos judiciales pendientes, su manifiesta cercanía al APRA y al Fujimorismo, su actitud criticable de ocultar a los militares implicados en la matanza de Putis para no ser investigados. Quedó en el olvido que cuando fue Comandante General del Ejército impulsó el Plan “Excelencia” militarizando el VRAE y ahora critica que no hay una estrategia militar en el VRAE (pero confusamente se declara enemigo de su militarización). Últimamente, a raíz de la lamentable muerte de 13 militares en la selva ayacuchana, este “mesías” dijo: se requiere reestructurar la estrategia de la guerra antisubversiva; que un General no puede dirigir las operaciones desde Lima; y que se debe dar “empleo” a los mochileros para que dejen de ser tales. ¿Por qué él no reestructuró esa estrategia cuando pudo haberlo hecho?, ¿Cuántos Generales envió al VRAE?. Quedó en el olvido que durante su gestión ocurrió la detención de los inocentes campesinos de Chaca, en las alturas de Huanta, acusados falsamente de terroristas.

Esta cultura política en parte de la población y en parte de los candidatos, ha generado, entre otros efectos, procesos fraudulentos como en que se dio en el distrito de Chungui (La Mar) en 1985 al lograr el APRA el 100% de votos (¡Caramba!), la compra de votos, el éxito electoral de los menos indicados, o la profusión de candidatos, ¡todos quieren ser candidatos!. La aparición de muchos candidatos y la bajeza de cierta cultura política tienen por causa principal la destrucción del sistema de partidos ocurrido hace dos décadas en la que tiene gran responsabilidad el Fujimontesinismo. En nuestro país no existe un sistema de partidos; la política – como el trabajo abnegado y sacrificado por el bien público y no como el arte para el aprovechamiento personal o de grupo- no tiene una institucionalidad por eso “todos los militantes quieren ser candidatos” o cualquier caudillo surgido a última hora hasta puede ganar las elecciones.

Parte importante de nuestra cultura política sigue pues plagada, lamentablemente, de caudillismos, de engaños, de autoritarismos, de enjuagues a media noche, de negociados con olor a dólares, donde (como dijera Pepi Patrón), lo que cuentan son individuos, caras, y no partidos, no ideologías, no programas que confrontar. Aprovechamos esta columna para decir que aquello que “el pueblo es sabio y nunca se equivoca”, o “la voz del pueblo es la voz de Dios”, no es tan cierto. Sino, ¿cómo quedaría esta cierta cultura política que existe en la memoria colectiva y la criticamos?. El pueblo requiere ser educado y sensibilizado desde la escuela para desarrollar sus capacidades para la democracia y así desechar la cultura autoritaria y engañosa. La ciudadanía en democracia se tiene que edificar y aquí tienen que jugar un papel importante los partidos políticos, que requieren ser construidos y fortalecidos ya que constituyen el soporte de la democracia.

* Antropólogo, Docente Principal de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNSCH.