HORIZONTES PLURALES

Mis artículos sobre temas Antropológicos, Educativo-Culturales y de Realidad Nacional, Latinoamericana y Mundial

Nombre: Ranulfo Cavero
Ubicación: Ayacucho, Peru

Profesor Principal de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga - Ayacucho

lunes, enero 02, 2006

$TOP BUSH!

El jueves 20 del presente mes, aproximadamente 100,000 británicos bajo el lema Stop Bush, hicieron retumbar las calles céntricas de Londres y destruyeron una estatua de George W. Bush en protesta por su presencia. Esta es la primera visita de Estado al reino que hace un Presidente norteamericano en 85 años.

Encabezados por pacifistas, humanistas, por el movimiento antiglobalización, y por intelectuales y artistas, Londres rechazó masivamente la política exterior de EE.UU. e Inglaterra, rechazó la guerra abusiva que emprendieron contra Irak y la visita de Bush, que según el Alcalde de Londres Ken Livingstone “es la mayor amenaza a la vida en el planeta y sus políticas nos van a llevar a la extinción”.

El Premier británico Tony Blair y George W. Bush quisieron celebrar en Londres la “relación especial” anglobritánica, el triunfo sobre el terrorismo en Irak y la renacida alianza post 11 de setiembre (atentado en las torres que condenamos). El tiro les salió por la culata y Bush se ganó otra recepción: 100,000 manifestantes rechazaron su presencia. A decir de un Periódico argentino de mucho prestigio: “la ocupación iraquí es una catástrofe estratégica que se ha convertido en el fantasma de la visita”.

No es una simple coincidencia que dos representantes de países imperiales (EE.UU., desde inicios del S. XX, Inglaterra en el S. XIX), sumado a otro de España (potencia conquistadora en los S. XV y XVI), hayan encabezado la guerra en Irak en nombre de la libertad y la democracia que no practican ni en su propio país, y en nombre de la lucha contra el terrorismo que ellos mismos lo practicaron y lo siguen haciendo. Sobre el terrorismo de Estado practicado por EE.UU., lo demostró documentadamente el gran pensador y crítico norteamericano Chomsky, y antes que él lo advirtió el prestigioso sociólogo Wrigts Mills.

El medio oriente, especialmente el Golfo Pérsico, fue desde hace mucho tiempo una zona de disputas permanentes y sangrientas entre las superpotencias (EE.UU. y Rusia) por el control del petróleo y por la posesión de esta región estratégica desde el punto de vista económico y militar (cercanía al mediterráneo y zona limítrofe con Rusia y otros países). Para ello utilizaron la secular disputa entre israelíes y países árabes, “fabricando” a personajes: en el caso de EE.UU. a Bin Laden, antiguo amigo y aliado en la guerra contra la ocupación soviética de Afganistán, y en el caso de Rusia a jóvenes afganos en nombre de una caricatura de socialismo.

Ahora, después de la caída de Rusia y en un mundo unipolar hegemonizado únicamente por EE.UU., éste se siente dueño y gendarme del mundo. Se ha dado el lujo de invadir nuevamente un pueblo sumido en el atraso (ya antes lo había hecho directamente en Vietnam, Corea, Panamá, etc.) matando a más de 100,000 iraquíes, bajo el silencio cómplice de la ONU y de Kofi Anan. Una vez más se fue al tacho la llamada “libre determinación de los pueblos” y la “no ingerencia en los asuntos internos de los países”. Todo ello pretextando la guerra contra el terrorismo internacional y en nombre de una quimérica libertad.

La gigantesca movilización del día jueves 20 que comentamos, es un duro revés para Bush que, cual abanderado del neoimperialismo (el de la globalización y el neoliberalismo) pretende ser dueño de los destino del mundo. Ahora Bush debe estar más preocupado que cuando salió de EE.UU. En la última encuesta en su propio país bajó de 65% a 30% de “popularidad”, en momentos en que todavía no termina realmente la guerra en Irak. Su reelección peligra como antes peligró la de su padre, después que este hizo la guerra del Golfo hace más de una década. Stop Bush, es la consigna de los verdaderos amantes de la libertad, la democracia y la justicia en Londres.